Preparar un viaje es emociónate desde el momento que elijó el destino, escojo los sitios  a visitar, las actividades a realizar, la elección del lugar de hospedaje y los medios de transporte de  acuerdo a mi presupuesto, todo esto forma parte de mi  itinerario; también elijo  ropa adecuada, para esos días, pero mi lista de pendientes no termina ahí, ya que debo conocer si los lugares de mi itinerario permiten mi libre desplazamiento porque hay un artículo que siempre va conmigo a todas partes, es mi compañera inseparable, mi silla de ruedas.

Sí puedo estar y hacer uso de instalaciones y los servicios con mi silla de ruedas de forma cómoda, segura, autónoma y en igualdad de condiciones con el resto de las personas, significa que la experiencia de viaje reúne las condiciones de accesibilidad, sin embargo a menudo me encuentro con que al llegar al hotel elegido la habitación es muy estrecha para entrar con la silla de ruedas, el baño no tiene las medidas necesarias para acceder con la silla, los tubos de apoyo están colocados en un lugar inadecuado o peor aún  el cuarto tiene nula accesibilidad y al momento de reservar indicaron contar con habitación accesible; y la lista de barreras puede crecer y crecer hasta hacerte sudar y no precisamente por el calor tropical.

La accesibilidad es un derecho y así lo establece La Convención sobre los Derechos De las Personas con Discapacidad en su artículo 9 que señala la importancia de contar con entornos accesibles para el goce y participación en toda actividad y también el artículo 30 de la misma Convención establece asegurar el acceso a instalaciones y servicios turísticos a las personas con discapacidad.

Queda mucho por cambiar para tener entornos turísticos y recreativos accesibles e incluyentes donde todos sin importar nuestras características podamos convivir y disfrutar, por eso para seguir impulsando un turismo para todos es necesario:

  • Qué los empresarios inviertan en infraestructura accesible en sus hoteles e instalaciones turísticas para las personas con discapacidad.
  • Ofrecer paquetes turísticos variados de acuerdo a distintos bolsillos y no sólo una o dos opciones que puedan resultar muy caras.
  • Seguir capacitando a los prestadores de servicios turísticos con las habilidades y herramientas necesarias  en la atención de las personas con discapacidad.
  • Qué el Gobierno a través de la Secretaría de Turismo formule políticas públicas dirigidas al turismo inclusivo de Personas con Discapacidad y muy importante,
  • Las Personas con Discapacidad debemos reportar a los prestadores de servicios turísticos cuando no haya accesibilidad en sus instalaciones y servicios. Y denunciar por actos de discriminación por condición de discapacidad.

Debemos entrar al hotel por la puerta principal y no por una de atrás donde se entregan los insumos porque ahí si hay una rampa. Tenemos derecho un turismo de calidad, digno, placentero, divertido.

Qué sea un goce pleno viajar y no una experiencia agotadora que ya la he tenido y todo por la falta de accesibilidad.

Exijamos cuando sea necesario y reconozcamos el buen turismo inclusivo.

¡Preparemos las maletas que todos somos viajeros!

#inclusionenaccion

Brenda Mesa Robles
Licenciada en Comunicación por la Universidad Iberoamericana,
Santa Fe Ciudad de México.

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